jueves, 19 de julio de 2012

Defender la alegría...



Defender la alegría como una trinchera
 
defenderla del escándalo y la rutina
 
de la miseria y los miserables
 
de las ausencias transitorias
 
y las definitivas
 
defender la alegría como un principio
 
defenderla del pasmo y las pesadillas
 
de los neutrales y de los neutrones
 
de las dulces infamias
 
y los graves diagnósticos
 

defender la alegría como una bandera
 
defenderla del rayo y la melancolía
 
de los ingenuos y de los canallas
 
de la retórica y los paros cardiacos
 
de las endemias y las academias
 

defender la alegía como un destino
 
defenderla del fuego y de los bomberos
 
de los suicidas y los homicidas
 
de las vacaciones y del agobio
 
de la obligación de estar alegres
 

defender la alegría como una certeza
 
defenderla del óxido y de la roña
 
de la famosa pátina del tiempo
 
del relente y del oportunismo
 
de los proxenetas de la risa
 

defender la alegría como un derecho
 
defenderla de dios y del invierno
 
de las mayúsculas y de la muerte
 
de los apellidos y las lástimas
 
del azar
 
y también de la alegría.